A menudo recibimos en nuestra clínica a clientes que nos piden una limpieza, un tratamiento específico, una crema… para tratar lo que ellos consideran que es el principal problema de su piel. Problemas autodiagnosticados basándose en sensaciones, percepciones o recomendaciones de terceros. Para nosotros este planteamiento es erróneo. Es muy difícil, sin ser experto, conocer las características únicas de tu piel y ser capaz de identificar algunos signos. Ahí entran en juego los profesionales.
¿En qué consiste un diagnóstico de piel?
En Verónica Guerra lo tenemos claro: ponerte en manos de profesionales no implica únicamente ser el objeto de una acción (por ejemplo, recibir un tratamiento), sino dejar que sean los miembros de nuestro equipo quienes aporten su conocimiento y visión para guiarte en la configuración de un tratamiento a medida. Cada piel es diferente y, por tanto, la manera de cuidarla también debe serlo.
Solo conociendo los detalles de tu piel podemos adaptarnos a sus necesidades concretas. Por eso en ese primer diagnóstico analizamos:
- Tipo de piel. La piel puede ser normal, seca, grasa, mixta… La naturaleza de tu piel condicionará, inevitablemente, el tratamiento que se deberá aplicar o la tipología de producto que esta necesita.
- Edad. La edad es un factor que se hace visible en diferentes órganos del cuerpo: la piel sobremanera. Trabajar teniendo presente la edad del cliente y sus objetivos con respecto a su piel es esencial para garantizar resultados. ¿Importante? No llegar tarde —la piel debe cuidarse siempre, no solo cuando empiezan a aparecer los signos de la edad—, y ser constante en la aplicación de los cuidados.
- Estacionalidad. Parece obvio pero, a veces, este factor se olvida. La piel no es la misma en primavera que en otoño, en invierno que en verano. Los factores climáticos, las calefacciones, la humedad, etc. afectan en gran medida a la piel, cuyo comportamiento puede variar tremendamente de una estación a otra. En un diagnóstico también tenemos en cuenta esto: a la piel hay que darle lo que necesita en cada momento.
- Tipo y ritmo de vida. El estrés, el tabaco, la actividad física, la alimentación… son factores que condicionan la salud y el aspecto de la piel. El diagnóstico, por lo tanto, pondrá también el foco en ellos.
¿Quieres cuidar tu piel pero no sabes por dónde empezar? ¿Estás aplicando un tratamiento pero no has recibido una opinión experta? Ponte en contacto con nosotros y te haremos un diagnóstico a medida.
Porque tu piel habla más de ti que tú mismo. Y en Verónica Guerra sabemos escucharla.